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sábado, 14 de agosto de 2010

Ideas sencillas para un entorno más saludable


Todos podemos contribuir de alguna manera al cuidado del planeta. Para ello no hacen falta grandes sacrificios, ya que a veces se consiguen grandes logros introduciendo ligeros cambios en nuestra vida cotidiana Esta es la tesis que defiende Margaret Fenwick, reconocida experta en temas medioambientales, en su libro “EcoChic. Pequeños gestos para cuidar de ti y de nuestro planeta”. La propia autora nos lo cuenta en la siguiente entrevista.

Noticias Positivas: Su libro parte del supuesto de a través de los actos más comunes es posible mejorar la calidad de nuestro medio ambiente y de nuestra propia salud. ¿Qué hay que hacer parar lograrlo?

Margaret Fenwick: A veces mucha gente se pregunta sobre las consecuencias de sus acciones, cosa que a mí me sucede frecuentemente. Por ejemplo, todos los objetos que ves tirados en un vertedero están ahí porque alguien los compró y dejó en ese lugar después de haberlos usado. Si tomamos conciencia de este problema y optamos por consumir artículos con menos embalaje, al menos evitas que caiga otra cosita más en ese lugar. Es una cosita menos, que parece algo irrelevante, ¡pero es que el vertedero está lleno precisamente de esas pequeñas cositas! En suma, cada pequeña acción cuenta.

Si hablamos de la alimentación, yo no digo que tengas que consumir siempre comida ecológica. Pero por cada compra estaría bien incluir algún producto ecológico, como leche, café o huevos. Porque aunque sea un pequeño gesto, estoy lanzando el mensaje de que me importa la agricultura ecológica. Mensaje que envías al agricultor, al comerciante de la tienda y a tus amistades. Así, poco a poco, vas comunicando con más gente, y se acaba generando demanda y tendencias.

Se trata de sumar nuestro granito de arena. O mejor aún, en lugar de un granito de arena, que se pierde en la playa, sumamos nuestra gota de agua, y las gotas se unen y forman un chorro, una catarata o un río, y al final el mar, que sabemos que tiene una fuerza imparable.

N+: ¿Hasta dónde llega el impacto de algunas de las medidas que propone en cuanto a ahorro energético o de recursos naturales?

MF: Siempre hablo en estos casos del agua, que para mí es vida, ya que sin ella no existiríamos. Es un recurso natural imprescindible, pero finito. El 75% del planeta es agua, y de toda ella, sólo el 2% es agua dulce. Y además, el 99% de esta agua dulce está atrapada en los glaciales o en el subsuelo. Estos datos demuestran la importancia de cuidar este bien tan escaso.

Dentro de este ámbito, un gesto tan sencillo como beber agua del grifo, en lugar de agua embotellada, tiene mucha repercusión. Hay que recordar que el agua potable que sale del grifo es de muy buena calidad en la mayor parte de España, y está controlada por las normativas de la Unión Europea. Tampoco podemos olvidar que para fabricar y transportar una botella de plástico, se requiere un cuarto de su volumen en petróleo. Además, el transporte del agua envasada crea más emisiones que su suministro normal por las tuberías, y las cantidades inmensas de botellas vacías generan desechos excesivos.

Otro dato muy importante es la diferencia de los costes. Consumir agua del grifo cuesta al año 1,83 euros, y además no hay que emplear petróleo. En cambio, esta misma agua envasada supone 438 euros y el gasto de más de 182 litros de petróleo.

Con esta apuesta por el agua del grifo también estamos apoyando los derechos públicos a un agua potable. Este es un asunto fundamental, ya que la privatización del agua es un grave problema a nivel mundial.

Con esto también quiero destacar que no es sólo el planeta el que se beneficia de este tipo de acciones. Estos consejos que doy también nos afectan a nosotros, ya que inciden en la calidad del aire que respiramos, la comida que comemos o el agua que bebemos. No olvides, cuando te dé pereza al bajar a reciclar, que eso que estás haciendo repercute finalmente en tu salud. Es un beneficio para nosotros y para las generaciones futuras.

N+: EcoChic está enfocado como un manual práctico dedicado a dar soluciones para los problemas y cuestiones que surgen en nuestra vida cotidiana. ¿Pero es siempre tan sencillo encontrar en nuestro día a día otras alternativas a las fórmulas más convencionales?

MF: Sabemos que cada vez existen más alternativas gracias a la aparición de productos ecológicos en multitud de ámbitos, como la alimentación, la limpieza del hogar o la ropa, y además está despegando con fuerza este mercado. Pero yo creo que lo realmente importante son nuestras acciones.

Por ejemplo, comprar unos vaqueros de algodón ecológico es una buena medida, pero a veces no sabemos que lo que más contamina es la forma de usar la lavadora, o el incorrecto empleo del agua o del detergente. En mi blog hablo de cómo se hace una colada más ecológica, y no me refiero en primer lugar al detergente ecológico, sino a la temperatura del agua. Yo siempre que puedo lavo en agua fría, y además mi lavadora tiene una opción eco que me permite utilizar menos agua y energía.

En el caso de la alimentación, es importante comer productos de temporada y realizar una dieta variada. La clave no está sólo en comprar frutas y verduras ecológicas. Con estos pequeños gestos de los que hablo no es imprescindible comenzar con los alimentos o artículos ecológicos. Creo que los primeros pasos deben realizarse con lo primero que tenemos a mano.

N+: En esta obra se habla de las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar. Usted ve más importante la primera, en lugar de la tercera, que es la más conocida. ¿Cuál es la causa de este enfoque?

MF: Yo siempre digo que hay que preciclar antes que reciclar. Por ejemplo, en lugar de comprar galletas en pequeños envases, que son los que generan más residuos, hay que pensarlo bien antes y elegir artículos con menos embalaje, o comprar alimentos a granel. Así se evita tener que reciclar. Si el reciclaje fuera la solución para todo, sería fenomenal, pero no es así. Por ejemplo, no sucede con el plástico, ya que una botella de plástico nunca puede volver a ser, tras su reciclaje, otra botella de plástico. No puedes hacer que se reinicie por completo el ciclo de este material.

Otra opción es pedir las cosas prestadas, o comprar productos de calidad que no se conviertan rápidamente en desechos. A veces hay que comprar la mejor calidad que uno se puede permitir para que lo que usamos dure más tiempo.

N+: Usted es una conocida blogguera y escritora especializada en la sostenibilidad y el medio ambiente. ¿Considera que hay una conciencia real en la sociedad sobre estos asuntos, o cree por el contrario que la preocupación por el planeta es una moda pasajera?

MF: No creo que sea una moda pasajera. Al contrario, la preocupación por el planeta ha venido para quedarse. Y esto es así por necesidad de los gobiernos, de las empresas y de nosotros mismos. Es una conciencia real que todo el mundo ha tomado y está tomando poco a poco. No he encontrado a nadie que, en cuanto le explicas un poco lo que está pasando con el medio ambiente, me contradiga en este asunto. La gente entiende que hay que hacer algo, que no podemos dejar que siga decayendo tan gravemente la calidad del aire que respiro, o de los alimentos que tomo, o del agua que bebo.

También las empresas saben que no podrán existir dentro de 20 años si utilizan productos que son malos para la salud de las personas o si tienen que emplear recursos que saben que se van a agotar.

Por otro lado, creo que el impacto de la actual crisis económica ha posibilitado que la gente empiece a cuestionarse adónde se iba con ese modelo insostenible basado en la construcción desenfrenada y en los centros comerciales. Ahora se están dando cuenta de que todo eso no era real.

Cada vez veo más nivel de conciencia en España sobre estos temas, sobre todo en los pueblos pequeños. En estas localidades hay mayor sensibilidad medioambiental. En algunas he visto que disponen de sus propias aulas ecológicas, y además suele funcionar mejor el reciclaje.

N+: El libro cuenta con el apoyo del Instituto Jane Goodall, y la propia Goodall, conocida por su prestigioso trabajo con los chimpancés, es la autora del prólogo. ¿Qué significa para usted este apoyo?

MF: Me acuerdo que de pequeña veía documentales sobre Jane Goodall en EEUU y yo quería ser como ella. Era como un héroe para mí. Por eso pensé en ella para el prólogo de mi libro, para el que quería la voz de alguien respetado a nivel mundial. Ella fue la primera y casi única persona en mi lista. Por eso me puse en contacto con el Instituto Jane Goodall en España, que cada vez tiene más fama después de que la doctora ganara el Premio Príncipe de Asturias de Investigación. Sentí una gran satisfacción cuando Goodall decidió aceptar mi propuesta de escribir el prólogo.

Por otro lado, como profesora que soy, quería apoyar iniciativas como el programa Raíces y Brotes que desarrolla el Instituto Jane Goodall con los niños. Contribuyo al mismo con la cesión de un porcentaje de los beneficios de mi libro a dicha entidad, para que pueda desarrollar así programas de este tipo y difundir el mensaje.

N+: Para finalizar la entrevista, dejemos un mensaje positivo. Otro mundo es posible si…

MF: Si como dice la doctora Goodall, paramos un momento y pensamos. Este es el gesto más sencillo y más enorme que podemos hacer. Si lo hacemos, tendremos la respuesta dentro de nosotros.

DATOS DE CONTACTO:

http://verdequetequieroverdemadrid.blogspot.com/

www.eco-chic.es

Imagen: Portada del libro. Cortesía de la autora.



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