Aprendamos la sabiduria de otras culturas. |
CIUDAD NUEVA ERA
Argentina acaba de promulgar la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. De este modo, quedó eliminado lo que se entendió como una discriminación legal, después de un largo debate con posturas enfrentadas en el Congreso, que superó las 14 horas. Nuestro país parece estar a punto de iniciar una discusión parlamentaria semejante y es posible que llegue al mismo resultado, puesto que es en el oficialismo, que actualmente es mayoría, donde hay mayor respaldo a esta iniciativa, si bien el años pasado se votó la ley de concubinato. En buena parte del mundo, la homosexualidad ha pasado de ser objeto de persecución, inclusive sangrienta por los totalitarismos del siglo XX, a ser aceptado como simplemente una forma de vida que se adopta. Ha salido a la luz, ha abandonado su antigua discreción.
Las reacciones a todo nivel ante este fenómeno social y cultural son diversas; por un lado cada vez es más tolerado y en Occidente ha pasado a ser amparado por los preceptos constitucionales que establecen la igualdad ante la ley y el reconocimiento de que las diferencias sólo pueden emanar de las virtudes y talentos. En un ámbito de libertad y por dentro de los marcos mencionados, cada uno elige su manera de vivir.
Para siempre en base a la familia. |
Por otra parte, están quienes rechazan esa modalidad sexual, aunque la homosexualidad sea algo que no se puede negar o ignorar. No nació en nuestra época, sino que ha estado presente en todas las culturas de todos los tiempos y en todas las latitudes del globo terráqueo. Ya Homero aludía en la Ilíada a la muy íntima amistad existente entre el héroe Aquiles y Patro-clo a la muerte de este último y a la influencia que tuvo este episodio en la guerra de Troya.
Lo que inquieta a mucha gente respecto de una ley así, es la posibilidad de que cónyuges del mismo sexo adquieran el derecho a adoptar niños. Si lo primordial es pensar en el bien de las criaturas y para poder adoptar se exige el cumplimiento riguroso de determinados requisitos, la pregunta que hay que formularse es si la condición de esa pareja se ajusta o no, a esos requerimientos.
Se trajo lo bueno y lo malo. |
¿Alcanza con decir que estará mejor en un hogar de estas características, que en el INAU? Se trata de una falsa antinomia porque es sabido que es mayor el número de parejas heterosexuales dispuestas a adoptar, que el de los niños en ese estado y son largas las esperas para poder concretar ese generoso anhelo.
Por más que hayan dos bibliotecas, como siempre que se discute un asunto sensible, el sentido común, (el menos común de los sentidos) debe primar. Nadie puede negar que un niño que carece de sus padres biológicos, por abandono u otro motivo, carga con un conflicto emocional en potencia, por lo que no es aconsejable sumarle otro gratuitamente.
Hay que pensar, por ejemplo, en la turbación que probablemente habrá de sentir el menor adoptado, ante ciertas preguntas de sus compañeros, mientras lo más natural sería que pasara a ser parte de una familia compuesta por un padre y una madre, de acuerdo a los usos y costumbres y a la madre naturaleza. Todos tenemos derechos, pero nadie tiene, aún cuando le sobren las buenas intenciones, el derecho a trastornar la personalidad en formación de un niño. A exponerlo al peligro de un trauma que lo pueda hacer sufrir y que algún día llegue a hacer eclosión en su vida de adulto. Es posible que algo suceda, en su fuero íntimo y en su carácter, a raíz de la situación en que se está criando. No en balde será testigo directo y cotidiano de escenas afectivas que podrán hacerlo sentir inseguro y desorientado. Ese niño o niña, difícilmente se sentirá igual a sus compañeros de clase, si sus padres adoptivos son dos hombres, dos mujeres, un travesti y un transexual o cualquier otra combinación.
El tema planteado pondrá a prueba si la preocupación que se siente por la infancia es real o de apariencia. Y da también para otras reflexiones acerca de la familia y los valores que una sociedad pretende preservar. ¿Se aceptará después la poligamia, la poliandria, el incesto? ¿Cuál será el paso siguiente?
El País Digital
La ideologia de genero triunfa en España.
Vuelen juntos pero jamas atados.
2 comentarios: on "El derecho de los niños"
Viva la libertad de expresión. Ese también es un derecho... Seguí borrando comentarios que vas bien.
Aca Jime no se borran comentarios de nadie no se que te habra pasado , tal vez quisiste cometar anonimamente cosa que si no se puede solo se puede comentar con las cuentas de aqui abajo u openid y podes aportar lo que puedas con las cuentas que quieras en la coincidencia o no un abrazo.
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